México: una vía de fortalecimiento para la industria automotriz

México: una vía de fortalecimiento para la industria automotriz en tiempos de crisis

 

    Tanto la desaceleración económica como la situación sanitaria mundial derivada por la COVID-19 han cambiado las condiciones en todos los ámbitos de la vida de los países, incluido –por supuesto– el manufacturero. No obstante, existen factores que pueden potenciar el fortalecimiento de la industria automotriz que opera en México. Así pues, un nuevo escenario está por estrenarse y su éxito dependerá de que las instancias industriales, comerciales y gubernamentales aprovechen las nuevas condiciones locales y globales.

 

El desarrollo de la pandemia del coronavirus ha dejado al descubierto la necesidad de ampliar la base de proveeduría de suministros y componentes para el sector automotriz; y con ello, la inminente tarea de poner la mirada en mercados alternos –de preferencia– los nacionales. Al desarrollarlos, se lograría satisfacer con mayor agilidad la demanda estadounidense que no tardará en reactivarse debido al paulatino levantamiento de las medidas sanitarias precautorias en su territorio.

 

Esta rápida reacción a la demanda del mercado estadounidense, podría situar aún más estratégicamente a las empresas automotrices que operan en nuestro país. Si bien, desde finales del año pasado, México se ha ubicado como el sexto productor de vehículos ligeros en el mundo y el primero en América Latina (OICA [Organización Internacional de Constructores de Automóviles]), también se ha venido registrando una disminución de la manufactura de autos a nivel global. Ante estas dos realidades, desarrollar la cadena de proveeduría del sector automotriz en el ámbito nacional no solo sería una medida compensatoria, sino la creación de un nuevo panorama de certeza y crecimiento para el sistema económico.

 

Por otro lado, –y en esta ocasión de forma crucial– la ubicación geográfica de México resulta una ventaja logística que no se puede desperdiciar, y ya que la producción de los mercados asiáticos y estadounidenses ha estado a la baja por los efectos del confinamiento generalizado, resulta este el momento idóneo para trazar un plan estratégico para las empresas que operan en este país.

 

Al considerar que por mucho, el mayor importador de autos en el mundo es nuestro vecino del norte, resulta obvia la recomendación de que uno de los mejores sitios del orbe para la operación de la industria automotriz es el que ofrece nuestro país. Baste un ejemplo, la ciudad mexicana de San Luis Potosí, situada al centro noroeste, alberga a dos de las principales armadoras automotrices: BMW y GM, las cuales están establecidas en el parque industrial Logistik. Estas empresas líder están comunicadas con Estados Unidos y Canadá mediante una red ferroviaria, lo que se traduce en bajos costos del transporte de carga, rapidez en la entrega de la mercancía con menores interrupciones en el suministro y el mismo huso horario entre fabricantes y consumidores. Esto nos lleva a preguntarnos si existe otro país que cuente con la cercanía y el costo de mano de obra especializada que pueda representar una real competencia.

 

México brinda, pues, una ruta de éxito al sector automotriz que busca aprovechar las nuevas oportunidades para reconfigurar sus estrategias y tácticas al tomar factores como la privilegiada localización del país en general, pero especialmente la de la denominada Zona Diamante que comprende las ciudades de México, Aguascalientes, Guadalajara y San Luis Potosí. Asimismo, las empresas manufactureras de automóviles tienen en el desarrollo de la proveeduría local, otro punto clave para trazar el camino. Es preciso recordar, por último, que el andar se hace con pies firmes que sigan una trayectoria anticipada.